lunes, 14 de diciembre de 2009

MI JARDIN SECRETO

Mi Jardín Secreto
30 de octubre del 2009 | por: Lucy Edmee Angulo Lafosse
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Muchas veces tenemos la fantasía de regresar a un lugar donde nos permitimos soñar y disfrutar de nuestra propia complicidad con lo prohibido.

Mi jardín secreto

Hace dos días que una antigua alumna vino a visitarme muy tarde, fuimos a pasear por Barranco, y terminamos en el “Juanito” una bodega antigua donde todos los barranquitos terminamos la noche conversando con una copa de vino o una chela.

La conversación fue muy intensa, motivo por la cual se sugerí enseñarle mi jardín secreto.

Eran las tres de la mañana, abrigadas con cobertores, llevamos sillas, copas vino, cámara digital y todo un sueño de fantasías por delante, nos dirigimos a nuestro jardín oculto … mirando el mar, los yates, sobre el acantilado todo era mágico.

Protegidas por nuestro árbol que nos cobijaba, iniciamos nuestra experiencia de fotografiar la noche y cuanto cuerpo extraño se nos aparecía, hablamos mucho de nuestras travesuras infantiles, recordamos que cuando éramos niñas siempre había un árbol amigo en casa de la abuela o la tía que nos invitaba a abrazarlo, descubrimos que este árbol también tenia maderas puestas donde los niños se trepaban también ahora.

Fue una gran experiencia, sin darnos cuenta vimos cuando la noche empieza a palidecer hasta recibir el amanecer, dieron las 6 de la mañana como un suspiro, ahí encubiertas y protegidas en este jardín que había sido creado de manera natural por el puro gusto de la naturaleza.

Cuantas veces mire ese espacio y nunca me di cuenta de lo que tenia tan cerca de mi. Volví nuevamente a ser esa niña curiosa que transgredía las buenas costumbres de dormir temprano y cuidarme del frió.

Ahora cada vez que miro al mar, miro con complicidad a mi jardín secreto, posiblemente no tanto, hoy después de dos días, escucho las risas de unos niños que estaban escondidos en nuestro lugar común, nos miramos con complicidad... yo regresé a mi pintura y ellos a su casa precaria construida por palos y maderas.

Posiblemente uno de estos días regrese a mi lugar encantado para conversar con el árbol el mar y las estrellas...Es tan fácil ser feliz.

1 comentario:

german de maria dijo...

De repente me encontré caminando junto a ustedes por la belleza de mi Barranco querido, y olí el mar y saboreé los jazmines. Gracias