domingo, 3 de mayo de 2009

http://www.genREIR O LLORAR: ESPERANZA
Quiero compartir con ustedes algunos pensamientos que ha traído consigo el inicio de una nueva etapa en mi investigación. Bueno la investigación que comparto con otras dos amigas y artistas plásticas.
A inicios de este año, tres artistas plásticas decidimos iniciar una nueva etapa en nuestra aventura del conocimiento. Una nueva fase de nuestra investigación así se iniciaba. Fue entonces que decidimos -cosa de comenzar por el principio y robándole tiempo al tiempo- visitar algunas de las bibliotecas que no faltan en nuestra agitada ciudad capital. Y: ¡Oh sorpresa!
Ya que fue a partir de ese momento que empezaron nuestros problemas. Y aunque no quiero aburrirlos detallando la visita a cada una de las bibliotecas en las que incursionamos, sin embargo creo necesario citar algunas de las experiencias y sinsabores que estas visitas ocasionaron en nosotras . Y que nos hicieron sentir vergüenza ajena…
"Para qué quieren estos libros, qué van a hacer con ellos", eran las primeras preguntas con las que nos abordaban apenas cruzábamos el umbral que supuestamente separa el otro mundo del mundo del saber que son las bibliotecas. ¡Ah!, y las que seguían también eran del mismo talante: como quien dice que personas como nosotras no podíamos leer los libros que solicitábamos. ¡!
"Tiene que pagar 30 soles, dejar fotocopia de su DNI, además la fotocopia de su título profesional , o traer un documento que certifique su proveniencia, si es el caso, empresarial", eran la retahíla de requisitos que cual obstáculos, uno después del otro, se erguían, a medida que eran pronunciados lacónicamente por quien, hombre o mujer, teníamos -por la mala suerte- esa mañana o tarde al frente.
¡Un verdadero vía crucis, plagado de un sinfín de dificultades…! Imagínese, a partir de lo que he relatado lo que debe experimentar cualquier peruano común y corriente, al igual que nosotras, ávido de investigar y que va en busca del saber depositado en nuestras llamadas bibliotecas. ¡Pobre de él o ella...! No le deseo que pase lo que nosotras hemos pasado… Quizás hasta se podría desanimar.
No exagero, créanme, cuando digo esto. El trasfondo de desconfianza y la resistencia a la hora de facilitar la información pueden poner a prueba a los espíritus que muestran mejor disposición por el saber. Y esto, sin duda alguna, no atenta solo contra las personas que siguen el cauce del saber, sino también contra el país. No es difícil imaginar por qué.
Quizás esta mala actitud de aquellos que administran las bibliotecas se deba también a lo que el director de la revista que se publica en este Portal Interactivo dice en el artículo editorial de la edición 96 en torno a la perdida de los valores éticos y morales. Esta ha traído consigo una sociedad que vive bajo el imperio de la impunidad, donde todo está prácticamente permitido. No hay que descartar esto…
Permítanme una digresión. Estando en Nueva York, en Julio del año pasado, visite una exposición de Arte Plumario del Perú. Al interior de esta no pude evitar plantearme un interrogación sobre cómo todo lo que ahí se mostraba, que era parte de nuestro Patrimonio Nacional, presentado por coleccionistas privados, había podido cruzar las fronteras de nuestro país.
Ahora, después de algunos meses, ya en el Perú, pienso y espero que al menos estos señores cuiden esta parte de nuestro patrimonio mejor que nosotros. Quién sabe si toda esa belleza en nuestro país hubiese sido ya desaparecido por las polillas o "extraviada" en alguna de esas casas pretenciosas que desgraciadamente no faltan tampoco en nuestro país. Ojo: no quiero pecar de conformista. Solo pienso en voz alta y comparto esta preocupación con ustedes.
Una inquietud que es legitima. Pues con tanto abandono, vacío e indiferencia, no nos debe llamar la atención que, incluso desde algunos países, se observe a nuestro patrimonio con avidez, a sabiendas que la puerta está abierta, ya que a nadie le interesa en nuestro país la cultura ni los artistas. "Para qué sirve eso", se dice. "Eso no da dinero", también.
Y, diciendo eso, al igual que en el caso de las bibliotecas, hacen que nuestras inteligencias y creadores un buen día hartas de la indiferencia y la desidia general emigren y vayan probando suerte por el mundo como los profetas en busca del merecido reconocimiento. Algo que verdaderamente no debemos permitir, pues implica un altísimo costo a nivel personal y a nivel del país.
Lo que vengo de decir encuentra su mejor ejemplo en las jóvenes que, habiendo tenido que dejar la patria porque no contaban con apoyo alguno, acaban de ganar los primeros premios por su esfuerzo personal, y se han convertido en esa forma en orgullo nacional. Un éxito que nos reconforta y fortalece nuestra confianza en el talento de nuestro pueblo: la única receta para el cambio.
Publicado por: lucy Edmee Angulo Lafosse visto: 33 veces
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