Prometí nunca hablar sobre política, pero lo que estamos viviendo en nuestra patria desborda todos los convencionalismos de forma.
Estaba sentada frente a
Jugando a ser Dioses del Olimpo, como quien se encuentra en la estratosfera, decidiendo el destino de nuestro país con relación a las comunidades nativas… y muy cómodamente, dizque por ausencia de la mayoría, desplazaron para otra oportunidad una decisión importante a pesar de la gravedad real y concreta de lo que se estaba articulando y sucediendo en la selva de nuestro país…
Yo, frente a mi televisor, me sentía impotente porque a pesar de no saber de proselitismo político tengo sentido común y libertad como para darme cuenta de una manera integrada de lo que pasa en mi país, mi pobre país que se desangra una vez mas por la indiferencia y los intereses personales de estos padres de la patria. La verdad que mejor estaríamos huérfanos.
No encuentro palabras para expresar mi impotencia dolor e indignación por algo que se pudo evitar; lo más triste es que ahora me siento como una sibila con la mirada lejana y los sentimientos encontrados de lo que este desacierto va a seguir generando, porque este no es un caso cerrado, este error despertó la rabia y violencia colectiva… se han sembrado vientos: se cosecharán tempestades.
Hasta cuándo, todo queda para mañana… mañana… mañana… mañana
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